martes, 6 de julio de 2010

Padre, he pecado.

Me confieso, he pecado. El domingo pasado no pude evitarlo y caí en la tentación. Lo hice con la mía y no alquile ninguna en ese lugar de ocio y lujuria. Las malas compañías han podido con mi puritanismo. 
En un par de horas nos presentamos con la furgo en el Bikepark de La Pinilla. El parking estaba hasta arriba, como si de un día de esquí se tratase. Bicis de DH por todos lados y madrileños a los que a juzgar por sus bicis no les ha afectado la crisis para nada...





Ahí estaba yo con mi Nomad de enduro dispuesto a recorrer los senderos sin perder la estela de la Big Hit que se había alquilado el amigo Renieblas.




Calidad de senderos y perfecto agarre.


Sucesivas subidas a la telesilla al estilo Javito en Cerler y a las seis de la tarde ya llevamos cerca de 5.000 metros de bajadas y como no, me empeño en una más y sucede lo que ocurre cuando uno ya va petado, el tortazo. Carlos vuela fuera de una senda de media ladera y realiza auténtico freeride (su maltrecho dedo no piensa lo mismo). En fin, que las impresiones han sido buenas y que por supuesto sigo pensando que las pasarelas, "walrides" son sólo para estos sitios y nunca en el monte de todos.


Pd: Como penitencia voy pegarle a la flaca toda la semana...

Adán

3 comentarios:

  1. Por Dios que verguenza!!!!, se están perdiendo las formas, ¿que sera lo próximo?, snowbike!!!

    Rijola

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  2. Toda la semana malo que estoy,,,, me duele too. . . ¿Cuando volvemos?

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